Cada suelo tiene su truco, ¿sabías?
Desde la madera hasta el mármol, todos necesitan un cuidado especial, así que te contamos todo lo que necesitas saber para mantener tus superficies como nuevas.
En esta guía, verás los principales tipos de suelos y cómo limpiarlos, pulirlos y abrillantarlos.
Suelos de Madera
Los suelos de madera necesitan un cuidado especial para mantener su belleza y durabilidad.
Para limpiarlos, aspira o barre y utiliza un trapeador ligeramente húmedo con agua tibia y siempre que manches algo, límpialo inmediatamente.
Evita el exceso de agua, pues la madera es sensible a la humedad y los productos abrasivos que puedan dañar el acabado permanentemente.
Suelos de Cerámica
Los suelos de cerámica, ya sean gres, porcelánicos o azulejos, son resistentes y fáciles de limpiar.
En ciertos tipos de azulejos, al estar en distintos niveles las juntas, podemos necesitar máquinas de limpieza o un cepillo duro.
Hay ciertos limpiadores de juntas que son específicos para eliminar residuos acumulados entre las grietas de los azulejos.
Te recomendamos usar vinagre blanco para manchas difíciles y frotar con un paño o esponja.
Suelos de Mármol
El mármol es un material elegante que requiere cuidados especiales para mantener su brillo.
Para limpiarlo, usa un fregasuelos para superficies de mármol y agua tibia y sécalo para evitar manchas.
Evita los productos ácidos o abrasivos que puedan dañar el acabado del mármol.
Puedes pulirlo ocasionalmente con un producto específico para mármol.
Suelos de Vinilo
Los suelos de vinilo, también conocidos como vinílicos o laminados, son duraderos y debemos limpiarlos ligeramente pero a menudo.
Hay que echar poca agua y no abusar de los productos de limpieza que se acumulan en las juntas y acumulan malos olores.
No uses abrillantadores o ceras, pues harán que quede resbaladizo y pegajoso.
Suelos de Barro
Los suelos de barro, como el terrazo, aportan un encanto rústico a cualquier espacio y para mantener su aspecto original, es necesario aplicar un sellador.
Para limpiarlos, los productos limpiadores con pH 7 pueden ser una gran opción.
En el caso del barro, mejor no pasarnos con el agua y siempre cepillar de forma suave en zonas con polvo.
Suelos de Cemento
Los suelos de cemento y hormigón destacan por su versatilidad y porosidad.
Usualmente se usan en garajes, naves e industrias, acumulando bastante grasa y suciedad.
Al igual que en el resto, al final del día conviene hacer una limpieza para no acumular líquidos y gases.
Si hay restos de obras, es conveniente limpiar a fondo con algún desincrustante ácido.
Suelos de Moqueta
Las moquetas o alfombras pueden acumular suciedad si son espacios con mucho movimiento, siendo necesario limpiarlas a diario, como en hospitales.
Para limpiar la moqueta del hogar, aspira regularmente para eliminar el polvo y los residuos.
Si hay manchas, límpialas inmediatamente con un detergente suave y agua tibia.
Para un mantenimiento más profundo, considera utilizar un limpiador de moquetas o contratar un servicio de limpieza profesional.