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¿Lejía o amoníaco? ¿Cuál es mejor?

diferencias entre lejia y amoniaco

¿Te has preguntado alguna vez cuáles son las diferencias entre la lejía y el amoníaco a la hora de mantener superficies limpias y desinfectadas?

Estos dos productos se encuentran presentes en prácticamente todos los hogares y sus ventajas como desinfectantes son claras.

Dependiendo de qué queramos desinfectar, debemos decantarnos por uno u otro.

En esta entrada, desde nuestra empresa de limpieza te contamos las diferencias entre estos dos productos y cómo usar lejía o amoníaco de forma óptima para el cuidado de tu hogar.

Lejía y amoníaco: para qué se usan

Tenemos que partir de la base que limpiar y desinfectar no son lo mismo.

  • Limpiar una superficie implica eliminar los restos de materiales, fluidos y sólidos.
  • Desinfectar significa librar una superficie de microorganismos como bacterias y hongos.

En este sentido la diferencia principal entre las propiedades de la lejía y el amoniaco para la limpieza del hogar viene precisamente por sus diferentes capacidades:

  • El amoníaco está especialmente indicado para limpiar superficies con presencia de grasas, por ejemplo, espacios como cocinas
  • La lejía está especialmente indicada para desinfectar superficies, ya que elimina completamente hongos, bacterias o virus, siendo ideal para limpiar baños y suelos

El amoniaco ayuda a limpiar y la lejía a desinfectar.

Entonces, si te preguntas: ¿qué desinfecta más, el amoniaco o la lejía?

La respuesta es que el amoniaco no desinfecta (aunque tiene algo de capacidad desinfectante), la lejía sí.

¿Y cuál es mejor para limpiar?

Pues siguiendo esta norma, es lo ideal es emplear amoniaco para limpiar.

En definitiva, no hay uno mejor que el otro, son para propósitos diferentes.

¿Para qué se usa la lejía?

Como decíamos antes la principal virtud de la lejía es su capacidad desinfectante. Es tan potente para este fin que una o dos gotas de lejía comercial convencional (al 5%) pueden potabilizar un litro de agua en 30 minutos.

Esta propiedad desinfectante hace que la lejía sea el producto de desinfección preferente para superficies que se tocan con frecuencia como:

  • Suelos, lavabos, retretes, bañeras y platos de ducha
  • Grifos, pomos y tiradores
  • Superficies de cocina

Normalmente, para desinfectar superficies emplearemos una mezcla de agua con un chorreón de lejía siguiendo las instrucciones del fabricante.

Si queremos además limpiar estas superficies debemos bien limpiarlas primero con nuestro limpiador habitual o bien decantarnos por alguna opción de lejía con detergente.

¿Para qué se usa el amoníaco?

El amoníaco por su parte tiene un enorme poder desengrasante con lo cual es un limpiador ideal para eliminar manchas y restos de muebles, cristales, suelos y tejidos.

Se trata de un producto que limpia en profundidad, especialmente cuando se mezcla con agua caliente, pero no es desinfectante ni se debe usar para desinfectar.

Por este motivo, el amoniaco se usa principalmente para limpiar:

  • Azulejos de cocina y baño
  • Suelo de la cocina
  • Manchas de grasa en diversas superficies
  • Manchas de ropa y tapicerías
  • Muebles de madera sin barnizar
  • Malos olores de tejidos

Si los muebles están barnizados deberemos evitar emplear amoníaco, ya que, entre otros usos, está indicado para eliminar el barniz.

¿Se pueden mezclar la lejía y el amoníaco?

Por norma general no deberías mezclar productos de limpieza salvo que estés seguro de que puedes mezclarlos.

La lejía jamás deberías mezclarla con ningún otro producto. Especialmente con amoníaco.

La mezcla de lejía y amoníaco genera un gas llamado cloramina (Nh2ci) que es tremendamente tóxico, así que no deben juntarse.

Adicionalmente, este gas en contacto con las mucosas genera ácido clorhídrico, que es corrosivo y también tóxico. La exposición a la cloramina provoca irritación en las mucosas, quemaduras y puede resultar letal si no hay ventilación adecuada.

Si alguna vez mezclas lejía y amoniaco por error, aléjate de la mezcla y sitúate en un espacio con buena ventilación. Ventila el área para que los vapores generados puedan disiparse.

Si te encuentras mal llama al teléfono de información toxicológica que encontrarás en las etiquetas de cualquiera de ambos productos o al 112.