Desde tiempos inmemoriales, los jardines han sido sinónimo de paz y serenidad. Dedicar tiempo al cuidado de plantas o al mantenimiento de un jardín no es solo una actividad doméstica más; tiene impactos positivos directos en nuestra salud física y mental desde Las Nieves, exploramos los beneficios clave que la jardinería puede aportar a tu bienestar.
Quema calorías y favorece la actividad física
La jardinería es un ejercicio de intensidad moderada. Actividades como cavar, sembrar o rastrillar pueden quemar alrededor de 300 a 330 kcal por hora, superando incluso a una caminata a ritmo moderado. Incorporar esta actividad regularmente ayuda a mantener un peso saludable y mejora la condición física general.
Pasar 45 minutos podando arbustos o removiendo tierra puede ayudar a mantener un peso saludable, tonificar músculos y mejorar la circulación sanguínea. Además, el movimiento constante mejora la flexibilidad y reduce la rigidez articular, especialmente beneficioso para adultos mayores.
Mejora la salud arterial
Practicar jardinería al menos tres veces por semana durante 30-45 minutos contribuye a controlar la presión arterial. Actividades como cultivar un huerto, podar o rastrillar hojas son suficientes para obtener estos beneficios, ayudando también a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Estudios muestran que la actividad física ligera y moderada, como la jardinería, favorece la circulación sanguínea, reduce la inflamación y disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, es una actividad de bajo impacto, segura para personas de todas las edades y niveles de condición física.

Reduce el estrés y la ansiedad
El contacto con la naturaleza tiene un efecto comprobado en la reducción del estrés. Estudios muestran que la jardinería disminuye los niveles de ansiedad y puede actuar como terapia complementaria en hospitales para la recuperación física y mental de pacientes. La conexión con las plantas proporciona relajación y bienestar emocional.
Fortalece los huesos
Pasar tiempo al aire libre expone la piel al sol, favoreciendo la producción de vitamina D, esencial para la absorción de calcio. Esto contribuye a mantener huesos fuertes y saludables, así como al buen funcionamiento del sistema nervioso, muscular e inmunitario. Complementar la exposición solar con alimentos ricos en vitamina D potencia estos beneficios.
Dedicar 30-60 minutos al día a tareas al aire libre, como plantar flores o podar arbustos, combinado con una dieta rica en vitamina D (huevos, pescado graso, lácteos, setas), refuerza los huesos y mejora la salud general. Es importante recordar usar protector solar para proteger la piel.
Fomenta una alimentación saludable
Cultivar tus propios alimentos permite acceder a frutas y verduras frescas, fomentando hábitos alimenticios más saludables. Las guías nutricionales recomiendan 2 tazas de verduras y 5 piezas de fruta al día, y la jardinería facilita alcanzar esta meta, contribuyendo a prevenir enfermedades crónicas y asegurando la ingesta de nutrientes esenciales.
Cultivar tus propios alimentos te conecta con el ciclo de la naturaleza y la temporada de cada cultivo, aumentando la conciencia sobre el consumo responsable y sostenible. Consumir productos recién cosechados asegura que aproveches al máximo sus nutrientes, sabor y frescura.
La jardinería es mucho más que una actividad estética: es una herramienta completa para mejorar la salud física, mental y emocional, desde quemar calorías, mejorar la circulación, reducir el estrés y fortalecer los huesos, hasta fomentar una alimentación saludable y estimular la creatividad, sus beneficios son claros y tangibles.
No importa si decides recuperar un jardín abandonado o comenzar con macetas en el balcón: cada momento que pases cuidando plantas es una inversión directa en tu bienestar.