Quitar la grasa de la cocina de manera eficaz es uno de los compuestos más difíciles de limpiar si no se utilizan los productos de limpieza adecuados. Tiende a adherirse a las superficies, formar una capa pegajosa y acumularse con el tiempo, lo que puede afectar tanto al aspecto de los muebles como al rendimiento de los electrodomésticos.
¿Por qué cuesta tanto limpiar la grasa?
La grasa no se disuelve en agua, igual que ocurre cuando mezclamos aceite y agua en un recipiente: simplemente se separan. Por eso, usar solo agua no elimina la grasa. Para deshacernos de ella necesitamos productos que rompan o encapsulen las moléculas de grasa, como los jabones potásicos, los ácidos o los desengrasantes específicos.
Vinagre: un desengrasante natural y ecológico
El vinagre blanco o el vinagre de manzana son productos naturales con propiedades ácidas y desinfectantes. Su acidez ayuda a romper las moléculas de grasa, volviéndolas solubles en agua y facilitando su limpieza con una bayeta, trapo o fregona.
Mezcla una parte de vinagre con una parte de agua caliente para limpiar azulejos, campanas extractoras o encimeras con grasa ligera.
Pero, el vinagre puede resultar poco eficaz ante grandes acumulaciones de grasa. Además, no se recomienda dejarlo actuar más de 10 o 20 minutos sobre superficies de piedra, mármol o granito, ya que su acidez puede dejar marcas o desgastar el material.
Bicarbonato de sodio: el aliado perfecto para eliminar grasa difícil
El bicarbonato de sodio cumple una doble función como neutralizador de olores y limpiador alcalino. Al combinarlo con vinagre, se produce una reacción química (efervescencia) que ayuda a romper y levantar la grasa incrustada.
Después de la reacción, se forman cristales de acetato de sodio que, al frotar, permiten arrastrar los residuos grasos fácilmente.
Esta mezcla es ideal para limpiar hornos, parrillas, bandejas o superficies muy sucias sin recurrir a productos químicos agresivos.
Posos de café: exfoliante y desengrasante natural
Los posos de café también pueden utilizarse como un limpiador ecológico. Las partículas del café actúan como un abrasivo suave, ayudando a retirar la grasa y el mal olor de las superficies.
Solo hay que mezclar un poco de café molido con agua y frotar suavemente la zona. Aunque es un buen método natural, no es tan potente como el bicarbonato o el vinagre, pero sí útil para limpiezas ligeras o mantenimiento diario.
Jugo de limón: ácido, aromático y desinfectante
El limón contiene ácido cítrico, un potente limpiador natural. Su acción es similar a la del vinagre, ya que disuelve la grasa y elimina el mal olor.
Además, deja un aroma fresco muy agradable en la cocina.
Puedes usar jugo de limón puro o diluido en agua caliente para limpiar azulejos, encimeras, microondas o fregaderos. También es un excelente desinfectante natural.
Amoníaco: el desengrasante más potente
El amoníaco es el producto más eficaz para eliminar grasa acumulada o reseca, especialmente en campanas extractoras, hornos o azulejos. Es un limpiador industrial fuerte, por lo que debe usarse con precaución: siempre en lugares ventilados, con guantes y evitando mezclarlo con otros productos (como lejía).
Tras su aplicación, es fundamental aclarar bien la superficie con agua limpia para eliminar cualquier residuo tóxico. En este artículo te contábamos en qué se diferencia el amoníaco de la lejía y cuáles son sus usos.
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